Uno de los beneficios que tiene escribir en este blog para mi salud es la libertad que me concede el administrador para hablar de aquello que me viene en gana, sin tener miedo a ser preso de mis palabras (quizás por eso de escribir con pseudónimo), y más cuando no existe un decálogo de normas absurdas que cohíban mis pensamientos ni la apetencia de transmitir mis experiencias. Es algo así como desfogarse con un psicólogo, amigo o un cura, medicina alternativa que prescribo en alguno de los casos. Y es así que hoy aprovecho este espacio que se me concede, al cual me debo cuando me place, para abordar a mi manera el vino ecológico.
Cápsula de color verde, identificativo en los vinos ecológicos de Casa de la ErmitaEl vino ecológico, también conocido como orgánico o bio, (por favor no los confundan con vinos naturales y menos aún con los de la agricultura biodinámica) que se produce en España debe de cumplir una serie de requisitos normalizados por la Unión Europea y que los diferentes órganos de las Comunidades Autónomas deben certificar mediante inspecciones.Estas normativas, aunque sustentada en los principios de la agricultura ecológica, desde el año 2012 también definen las prácticas enológicas, lo que en la práctica significa que no todos los vinos elaborados a partir de uva ecológica se pueden llamar ecológicos pues para tener esta certificación los procesos de vinificación también están sujetos a examen. Para asegurarnos que vamos a tomar un vino ecológico lo mejor es mirar la contra- etiqueta de la botella, en ella debe aparecer el nº de código del organismo certificador y los sellos o logotipos de agricultura ecológica de la Comunidad Autónoma pertinente y la Unión Europea. Dicho esto, si ustedes quieren saber más sobre esos requisitos, prácticas u otros aspectos que les acerquen más a la agricultura ecológica o a lo que es el vino ecológico al final del post les dejo unos enlaces, más que nada porque el objeto de emprender este post no es iluminarles en el tema con aspectos teóricos ni científicos, hay otras fuentes más apropiadas, en serio, y tampoco voy ahora a decirles los beneficios para la salud y el medio ambiente que estos productos tienen pues creo que ya están sobradamente demostrados, si no lo saben descúbranlos.
Casa de la Ermita Ecológico CrianzaDisculpen el tono, pero es que estoy un poco mosqueado. Resulta que siendo España líder en producción de este tipo de vinos y con más de 500 bodegas que lo elaboran de manera certificada repartidas por el territorio nacional, no hay narices a encontrarlos en las cartas de los restaurantes, bueno en alguno sí, pero es como encontrar una aguja en un pajar. Claro que esas casi 160. 000 toneladas de uvas destinadas para elaborar vino ecológico no se tiran, no se tiran porque el 75% de la producción va a otros mercados que sí aprecian nuestros productos estrella. Y todo porque el mercado interno está sujeto a ciertas creencias populares, diría leyendas, que atribuyen a los vinos ecológicos la fama de caros y de baja calidad. Pues saben que les digo… .que no, que los vinos ecológicos no solo compiten con los convencionales en calidad, que sus características organolépticas no varían con los convencionales, solo detectaríamos diferencias en un análisis químico, y que por menos de 10 euros existen vinos calificados como excelentes en catas a ciegas.
Ejemplos de excelencia son muchos vinos, pero como me debo a mis experiencias les voy a recomendar uno que ha sido todo un descubrimiento para mí y seguro, sean o no consumidores de productos ecológicos, también será para ustedes. El vino en cuestión es Casa de La Ermita Crianza Organic 2011 (premiado con la medalla de oro en el certamen alemán MundusVini Biofach 2014). Vino tinto 100% Monastrell con 10 meses de crianza en barricas de roble bajo la denominación de Origen Protegida Jumilla, que después de disfrutarlo con unas carnes de pollo campero a la brasa me ha dejado huella, pasando así a formar parte de mi bodega particular, esa de la que hago uso cuando mis buenos amigos me visitan. Un vino para desacreditar a aquellos que no creen que un vino ecológico pueda alcanzar la calidad-precio de los mejores vinos convencionales, aunque yo prefiero dárselo a catar si son amigos, más que nada porque no me gusta rodearme de necios.
Saludos Zacalín,… y recordad que “la tierra no es una herencia de nuestros padres sino un préstamo de nuestros hijos”
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